El gran estreno de A Girl Grows Wings, presentado por Latino Theatre Company y Organización Secreta Teatro de México, es una experiencia teatral visualmente fascinante,
la obra, dirigida por Rocío Carrillo, explora la vida de Alma, una joven inmigrante que encara un conflicto interior de identidad y la presión de su realidad que amenaza con derribar sus sueños y cortar sus alas. La ausencia de diálogos y el uso interdisciplinario de imágenes, danza, sonidos y gestos para contar esta historia reflejan, de manera universal y simbólica, los sentimientos de alienación y desconexión que muchos Dreamers enfrentan al descubrir que su futuro está condicionado por factores fuera de su control y nos sumerge la escena a una historia profunda de manera única y conmovedora sobre identidad, migración y pertenencia.
Uno de los aspectos más destacados de la producción es el uso de percusiones en vivo, a cargo de Paula Bucio, que, lejos de ser un simple acompañamiento, se convierte en un personaje en sí mismo. Los ritmos crean un paisaje sonoro que guía el estado emocional de cada escena, marcando el ritmo del viaje interno de Alma. Este recurso, junto con la danza contemporánea ejecutada por un talentoso elenco, aporta una atmósfera visceral.
El diseño visual de "A Girl Grows Wings" usa imágenes proyectadas en pantallas digitales que sirven como un telón de fondo dinámico. Estas proyecciones no solo fortalecen la narrativa, sino que también amplifican la carga simbólica de la historia, sumergiendo al público en paisajes oníricos que reflejan el viaje de los padres de Alma y el conflicto interno y la búsqueda de identidad de Alma. La combinación de estos elementos escénicos crea un entorno envolvente que sugiere la complejidad emocional de la inmigración sin la necesidad de diálogos.
El vestuario, diseñado por Erika Gómez, es igualmente notable por su creatividad y originalidad. Las prendas no solo visten a los actores, sino que funcionan como extensiones de sus cuerpos, ayudando a expresar la transformación y crecimiento de los personajes. En particular, los trajes de Alma reflejan su evolución interna, desde la fragilidad hasta el empoderamiento, a medida que "hace crecer sus alas" tanto literal como metafóricamente.
En resumen, A Girl Grows Wings es una obra que merece ser vista, visualmente impactante que deja una reflexión acerca de los sentimientos de incertidumbre, lucha y resiliencia que muchos jóvenes inmigrantes han tenido que superar. A través de una narrativa simbólica y sin palabras, el equipo creativo logra transmitir el dolor, las esperanzas y los sueños de aquellos que navegan por la incertidumbre de la vida como inmigrantes sin documentos.
la obra, dirigida por Rocío Carrillo, explora la vida de Alma, una joven inmigrante que encara un conflicto interior de identidad y la presión de su realidad que amenaza con derribar sus sueños y cortar sus alas. La ausencia de diálogos y el uso interdisciplinario de imágenes, danza, sonidos y gestos para contar esta historia reflejan, de manera universal y simbólica, los sentimientos de alienación y desconexión que muchos Dreamers enfrentan al descubrir que su futuro está condicionado por factores fuera de su control y nos sumerge la escena a una historia profunda de manera única y conmovedora sobre identidad, migración y pertenencia.
Uno de los aspectos más destacados de la producción es el uso de percusiones en vivo, a cargo de Paula Bucio, que, lejos de ser un simple acompañamiento, se convierte en un personaje en sí mismo. Los ritmos crean un paisaje sonoro que guía el estado emocional de cada escena, marcando el ritmo del viaje interno de Alma. Este recurso, junto con la danza contemporánea ejecutada por un talentoso elenco, aporta una atmósfera visceral.
El diseño visual de "A Girl Grows Wings" usa imágenes proyectadas en pantallas digitales que sirven como un telón de fondo dinámico. Estas proyecciones no solo fortalecen la narrativa, sino que también amplifican la carga simbólica de la historia, sumergiendo al público en paisajes oníricos que reflejan el viaje de los padres de Alma y el conflicto interno y la búsqueda de identidad de Alma. La combinación de estos elementos escénicos crea un entorno envolvente que sugiere la complejidad emocional de la inmigración sin la necesidad de diálogos.
El vestuario, diseñado por Erika Gómez, es igualmente notable por su creatividad y originalidad. Las prendas no solo visten a los actores, sino que funcionan como extensiones de sus cuerpos, ayudando a expresar la transformación y crecimiento de los personajes. En particular, los trajes de Alma reflejan su evolución interna, desde la fragilidad hasta el empoderamiento, a medida que "hace crecer sus alas" tanto literal como metafóricamente.
En resumen, A Girl Grows Wings es una obra que merece ser vista, visualmente impactante que deja una reflexión acerca de los sentimientos de incertidumbre, lucha y resiliencia que muchos jóvenes inmigrantes han tenido que superar. A través de una narrativa simbólica y sin palabras, el equipo creativo logra transmitir el dolor, las esperanzas y los sueños de aquellos que navegan por la incertidumbre de la vida como inmigrantes sin documentos.