En nuestro país existen cuatro husos de horarios, Tiempo del Pacifico, Tiempo de Montaña, Tiempo Central y Tiempo del Este con diferencia de una hora, por ejemplo: California 12:00 pm, Arizona 1:00 pm, Texas 2:00p.m. y Nueva York 3:00p.m.
El cambio de horario fue propuesto por primera vez por Benjamin Franklin, aunque no se empleó hasta 1916, durante la Primera Guerra Mundial, para ahorrar carbón. En 1974 se comenzó a practicar por todo el mundo (cerca de 75 países) a raíz de una crisis mundial de energía ya que adelantando o retrocediendo los relojes nos permite adaptar el ciclo de la luz solar a las actividades diarias, de forma que se aprovecha mejor la luz del sol dependiendo menos de la electricidad.
Algunas investigaciones se han realizado para ver los efectos positivos y negativos de este cambio. Psicólogos aseguran que son de dos a tres semanas en que las personas tardan en ajustarse a esos cambios, aunque en este ajuste se puede producir “tristeza invernal”, es decir, se genera un cambio orgánico como respuesta al cambio de luz, que afecta al ritmo cardiaco, los niveles de serotonina, que disminuyen por la ausencia de luz, los efectos del horario de invierno resultan ser más benéficos que perjudiciales, pues al despertar tendrá la sensación de que ha ganado una hora más de sueño y por ende tendrá más energía para realizar sus labores cotidianas.